Tratamiento
¿Por qué un tratamiento?
Porque, a veces sin darnos cuenta, las dificultades condicionan nuestras relaciones con la pareja, los hijos, padres, amigos, compañeros, etc., y uno se encuentra en situaciones como las siguientes:
- No consigo entenderme con las personas con las que convivo, ni con el resto de la gente; parece que hablamos idiomas distintos.
- Me siento inferior, desvalorizado, culpable.
- Estoy angustiado, con una sensación interna de miedo; un agujero o vacío en el estómago.
- Estoy triste sin motivo aparente, no tengo ilusiones ni aficiones.
- Siento que las emociones me desbordan. Sufro más de la cuenta y no sé cómo manejarme con tanto dolor.
- Estoy bebiendo, fumando, comiendo o saliendo demasiado, sin obtener la supuesta satisfacción.
- Veo que las mismas experiencias se repiten una y otra vez, y no soy capaz de cambiarlas y hacer las cosas de otra forma. Las situaciones se me van de las manos.
- Estoy estancado, inmóvil, como cargando un lastre.
- Estoy irascible, enfadado con el mundo y conmigo mismo.
- Me obsesiono con cosas irrelevantes, con manías aparentemente absurdas.
- Trabajo mal, no rindo en los estudios, o en el deporte, sin motivo aparente